Cuando tuve que enfrentar el closet después de las vacaciones, fue terriblemente difícil…
Uno se pregunta, ¿qué es exactamente eso que te hincha de esa manera tan espantosa que para cuando regresas a tu ropa esta parece haber cambiado de dueño?
¿Por qué ya no te quedan ni las medias?
-Esa mañana quería ponerme esos espectaculares jeans que amo con locura.
La experiencia, además de angustiosa, fue toda una odisea. Traté de subírmelos, no subían; forcejee, jale, forcejee otra vez, me di cuenta de que estaban muy estrechos, luche un rato hasta que por fin pasaron las caderas y logre acomodármelos.
Luego, metí la barriga hasta quedar sin aire, por fin logre abotonar el botón de la cintura, así desmayada por la falta de aire, me acosté en la cama y subí la cremallera.
Pensé con horror que estaba embutida en un par de jeans.
-Debe ser que se encogieron cuando los lavaron.
-¿Será que se encogieron o será que yo me inflé?
Veamos cómo fueron las vacaciones…
Al principio estuve ultra juiciosa, nada de harinas, nada de fritos, nada de postres ni dulces y cero trago.
Pero, ahora que hago memoria…
Después de unos días, llego Adriana y las vacaciones se pusieron más relajadas... me tomé una que otra copita de vino, comí algo de pan, no mucho, pero al desayuno dos tajadas o una arepita.
Tuve varias invitaciones… Salimos bastante...
Me comí esa deliciosa torta de chocolate de Meri, que por cierto nunca me ha dado la receta. Qué delicia de torta, húmeda, esponjosa, con un relleno de mousse cremoso y esa cubierta, de muerte, los churros con el frapuccino donde Karina, los panes de la esquina, las arepas rellenas con queso, el fruta pan frito crocante delicioso, la pizza de don Aníbal y los helados de gourmet shop…
-¡Guao! Si cuentas calorías fueron como un millón.
-Pero no debería sentirme tan culpable…
-Estaba de vacaciones y no es todo el año.
A veces pienso en comida o en cosas que quisiera hornear, pero...
Tampoco fue para tanto… ¿O sí?
Entonces creo que debería subirme a la báscula.
La temida, espantosa y odiosa bascula.
Presa de pánico y con un gran temor me dispongo a enfrentar mi peso…
Con cautela, haciéndome la liviana, me subo.
Con espanto compruebo que la báscula registra ¡5 KILOS MÁS! ¡Horror! ¡Qué hago!
-La ropa no me va a entrar, ¿qué hago con ese poco de compromisos que tengo?
¿Cómo me voy a vestir? ¿Qué me voy a poner?
Por ningún motivo voy a salir a comprar ropa, si compro ropa me quedo gorda y eso ni de peligro.
-¿Será que la báscula des calibro? ¡Sí! Seguro que la golpearon y está des calibrada, imposible subir 5 kilos en 20 días.
-¿Sí verdad? Ni que hubiera tragado quién sabe qué.
Solo que no estoy segura de no haberme tragado quién sabe qué…
Mejor desde ya cierro la boca y me pongo a dieta… Ahora es que me entra la angustia...
¿Qué hago con el menú gourmet que me acabo de comer?
¡Qué va!, ¡qué carajo! Por hoy no me va a pasar nada.
Sé que Luz ha estado haciendo esfuerzos por trabajar en sí misma y en algún momento nos comentó de su terapeuta e incluso de una experiencia en consulta. Qué dolor toda esta situación, no imagino que cosas dirá Camilo en esas sesiones dizque de pareja, mentiras y más mentiras seguramente.
Ximena Sancho es una excelente terapeuta, espero que pueda ayudar en esta situación tan difícil, pero realmente este tema de una sucursal amorosa, estoy segura de que no lo han conversado… de nuevo me encuentro en la disyuntiva de no saber como contarle a mi amiga esta situación.
-Tengo que hacer una confesión.
Así inicia el almuerzo con Luz Hace 2 semana todas tenemos mucho que contar. Pero Luz está más urgida que todas nosotras.
¡Tienes un amante! ¡Declara Linda!
Nooo eso sería muy divertido, pero no, es algo mucho peor.
¿Que puede ser peor que un amante después de 30 años de matrimonio?
Yo no sabría cómo seguir una dinámica de conquista, además me daría pena que me vieran desnuda.
Imagínate lo difícil, otra piel, otro olor, además a estas alturas de la vida no creo que sea ya una posibilidad...
¿Te gustaría?
No sé. Creo que sería excitante, una aventura. ¿Ustedes nunca lo han pensado?
Pues sí, pero como una fantasía, nunca como una posibilidad. Además, tampoco se me ha presentado la oportunidad o yo no me he enterado.
¿Me van a escuchar? ¿O van a seguir construyendo en sus propias fantasías?
¿Vale confiesa que te paso?
Ayer tuve un día muy pesado, tuve que despertar muy temprano y no tuve tiempo de descansar al medio día. Ustedes saben que me gusta tomar una siesta después del almuerzo, pero ayer no alcance, ya que tenía citas toda la tarde.
Como saben estoy en terapia de pareja con Camilo donde Ximena,
Ximena es una psicóloga de pareja muy reconocida y su agenda es cada día más apretada.
Pues bien, a las 4 pm estaba en plena cita y me sentía agotada y mientras me hablaba yo sentía que se me cerraban los párpados...
No me digas que te quedaste dormida en la consulta.
¡La pobre Luz llena de vergüenza declara que efectivamente le dio un microsueño y se durmió unos segundos!
¡Pero cómo se te ocurre!!!! ¡Estás loca! ¡Qué clase de paciente eres tú!!!! ¡Cómo te puedes quedar dormida escuchando las recomendaciones de tu terapeuta!
¡Yo te cojo a cachetadas! ¿Pagas un montón de dinero para que te arrullen mis sugerencias de conocimiento???
¡Mandas huevo!
No fue intencional, Berta, y apreciaría un poco más de empatía. ¡Estaba agotada y no lo pude evitar!
¿Coño que cagada Luz, y tu terapeuta se dio cuenta? ¿Camilo estaba contigo?
No sé, no. Creó, fue muy rápido y muy breve, pero no sé.
¿Te imaginas las conclusiones?
¡No atiendas a Luz porque ella se duerme en la consulta! Ja, ja, ja
Estoy terriblemente mortificada. No sé qué hacer
¡Pues Nada! ¡Que vas a hacer! ¿Preguntarle a tu terapeuta? ¿Oye te molesto o te diste cuenta de que lo que me estabas contando estaba tan aburrido que me quedé dormida?
¿Por favor cuéntame cosas más interesantes o divertidas y si no tienes cosas que me entretengan no vengo? ¡Nada! ¡No vas a hacer nada! ¡Te vas a hacer la pendeja!
Berta tiene razón. Muchas veces es mejor no hacer nada. Simplemente, seguir sin mirar atrás.
Yo no creo que se dio cuenta. Te hubiera dicho algo. Tranquila no es un hábito, fue una sola vez. Estabas cansada y ya está.
Pero me siento tan mal. Estoy terriblemente mortificada. ¿Qué tal que me siga pasando?
No que va deja ya de hacerte harakiri con tus pendejadas. ¡Sigue con tus siestas y no te jodas la cabeza!
Berta tiene razón en medio de su crudeza de palabras, no hay necesidad de darse palo.
A veces a las mujeres nos cuesta ser más sensibles con nosotras mismas. Seguimos conversando de manera muy amena, pero Luz no logra sacudir su responsabilidad y la culpa de haber caído por un segundo en los brazos de Morfeo, en su cita terapéutica.
¡Imagino que el pendejo de Camilo se la pasara dormido en esas citas, porque acá anda el muy traidor de paseo con la novia!
Me preguntó si todos en algún momento corremos el riesgo de caer en los brazos de otro más dulce. Quizás sea una fantasía, pero cuántos no hemos jugado con traspasar esos límites sociales en nuestras vidas… La situación de Luz no es extraña y quizás no deberías ser tan dura con Camilo, no creo que él sea el único responsable de esta situación, pero sí estoy segura de que ese manejo de amor y relación clandestina no es lo Más correcto. No sé si lo más acertado sea como aconsejamos a Luz, no hacer nada y no involucrarme.
Estoy sentada con mis amigas en este hermoso restaurante y, sin embargo, no logro disfrutar de esta reunión. Tengo mi cabeza en otro lugar, mil pensamientos me acompañan y ninguno de esos pensamientos me genera tranquilidad. Siento que unos nubarrones muy negros se están acercando a nuestras vidas...
El mesero se acerca para tomar nuestra orden y yo ni siquiera me doy cuenta, no he mirado el menú, estoy completamente desconectada.
¿Alex ya sabes que vas a ordenar?
No creo que pida nada, solo quisiera una Coca-Cola light.
¿Algo de tomar?
Una Coca-Cola cero para mí. Gracias.
¿Y para almorzar?
Nada gracias.
¡Ay No! Pide algo, ahora no vas a venir con el cuento que quieres compartir de todos los platos.
No respondo nada... estoy emocionalmente agotada. No tengo energía siquiera para pensar una respuesta.
Cada una ordena su plato y algunas entradas para compartir.
Tengo ganas de pararme e irme y tengo ganas de estar acompañada por mis amigas. Tengo ganas de salir corriendo y quiero que me abracen y me digan que todo estará bien. Pero sé que no es así...
Mis amigas conversan animadas, yo no pongo atención ni a la mitad de lo que están hablando. No puedo dejar de pensar en los sucesos de las últimas semanas...
Alex me dice suavemente Pao. No has dicho una sola palabra... ¿Te pasa algo?
Linda salta. ¿Estás de pelotera con tu marido? Eso se pasa fresca.
Yo no logro contener las lágrimas y comienzo a sollozar. Ha sido muy duro, pero ya no me puedo contener más.
¿Alex que pasa?
Estoy perdiendo a mi mamá y no logro aceptarlo, me parte el corazón.
¿A qué te refieres?
Hace casi un año comenzamos a darnos cuenta de que todo se le estaba olvidando. Ella siempre ha sido un poco distraída y se le olvidaban cositas, pero llegó un momento en que se volvió más dramático.
¿Ya fueron al médico?
Sí, precisamente estaba ahora en Bogotá acompañándola a esas vueltas y exámenes.
Nos quedamos todas en silencio, nadie dice nada.
Siento tanto dañarles la reunión...
¡No seas tonta! Nosotras estamos acá para ti. ¿Qué te dijo el médico?
Tiene un deterioro importante en el área de la memoria. Tuvo una isquemia que nadie noto y además está perdiendo masa neuronal en los temporales que es la región de la memoria en el cerebro. Es urgente preservar lo que queda, pero ya hay una perdida evidente.
Llega la comida y ya el ambiente es profundamente sombrío.
Qué cagada Alex. ¡La vejez es una mierda! Cuánto lo siento, serenidad y paciencia, muy jodido.
Si hay algo que podamos hacer. Acá estamos todas para ti.
La mesa está servida con toda suerte de manjares, pero ya nadie quiere comer...
Finalmente, me sirvo algo de las entradas y me obligó a comer un poquito para no dañarle el almuerzo a mis amigas.
La situación es compleja y no sé cómo afrontar esto. La Vi triste y es muy evidente que se le olvidan las cosas. Ella se está dando cuenta lo que la deprime. Ya no es la misma y su pensamiento no es claro. Me asusta, me preocupa y me tiene muy triste.
Otro sollozo, así entre sollozos les cuento mis miedos.
Alex lo único que puedes hacer es estar con ella, acompañarla y darle amor. Hacerle el rato divertido, seguir las indicaciones del médico y darle calidad de vida. Más no puedes hacer
Y aceptar la cochina realidad vieja eso es lo que hay. Le toca aceptarlo. Si necesita gritar, madrear llorar, putear, hazlo, pero tienes que aceptarlo.
Me pregunto si luz será capaz de aceptarla, escapada de Camilo y bomboncito, me pregunto hasta donde se escucharán los gritos.
Linda con suavidad me dice que lo tome, la situación con calma, es un duelo y toma tiempo.
Estás despidiendo un capítulo fundamental en tu vida. Estás diciendo adiós a tu mamá de cierta forma, pero ahí está todavía. Aprovecha el tiempo que tienen.
Esa última observación es la más dura. El tiempo que tenemos... Yo vivo lejos de ella, mi vida está a 1 hora en avión y no logro encontrar la forma de acortar esa distancia... El tiempo es limitado, pero tengo que resolverlo pronto. Por lo pronto estoy a más de 10 horas de ella llegando a París. Que lejos se siente todo en este momento.
Ve más a menudo a Bogotá, Alex me recomienda Roberta, aprovecha que todavía es funcional y hay cosas que se pueden hacer.
Siento un nudo en la garganta, es cierto mis amigas tienen razón. Hay todavía comino por recorrer, pero sé que estamos comenzando el último tramo de ese camino y se me parte el corazón. Recuerdo a mi papá y la última vez que lo vi y no puedo contener las lágrimas que me visitan con su recuerdo.
Me duele mi mamá, me duele estar lejos de ella, sentir que lo que puedo hacer es tan limitado.
Es la ley de la vida, pero la vida puede ser muy dolorosa.
Las auxiliares de vuelo de manera diligente comienzan a recoger lo que quedo del desayuno y a organizar todo antes del aterrizaje. Adelaida está muy emocionada, dentro de poco se encontrará con su novio y yo con mi marido.
París, la capital del amor, la ciudad luz, el lugar perfecto para una escapada romántica…
Acabo de recordar al pelmazo de Camilo.
¿Qué voy a hacer?
No quiero que me vea, o por lo menos si me ve que se pueda hacer el loco…
¿Debería contarle a mi amiga? Si le digo, le quito la oportunidad de seguir viviendo en el engaño y si no le digo y descubre que ha sido engañada, seré igual de traidora como su marido…
Me pregunto si Lucy y Camilo se separarían, o si ella sabrá y simplemente ha decidido hacerse la tonta…
La infidelidad en muchas ocasiones puede ser superada. No sé qué hacer. Lo que sí sé es que este ha sido un vuelo que me ha dado mucho que pensar…
El avión comienza a descender, ya sobrevolamos sobre París. Hemos iniciado nuestra aproximación al aeropuerto Charles de Gaulle. Adelaida visiblemente emocionada se agarra fuertemente de los brazos de su silla.
-Toma mi mano, el aterrizaje es muy emocionante y ya pronto estaremos en tierra.
-Gracias, todo es tan nuevo para mí.
Así es, esta chica va a iniciar su destino con un nuevo hombre al cual todavía no ha visto en persona, yo voy al reencuentro de mi marido de más de 30 años y más atrás en el mismo avión, un hombre está destruyendo lo que alguna vez fuese su destino compartido con una mujer que como todas seguramente alguna vez creyó que todo sería como comenzó, lo cierto es que nada permanece igual, todo cambia, todo evoluciona, así como lo decía un gran amigo mío, sabemos de dónde partimos, pero no sabemos dónde vamos a llegar.
Aterrizamos en París.
Los siguientes dos años después de ese viaje a París, vinieron muchos cambios.
Son las once de la mañana y sigo pensando en la lechuza blanca que sobrevoló nuestras cabezas anoche en el balcón de La casa en la playa.
Según Linda, ese sobrevuelo nocturno es presagio de una mala noticia.
Suena mi celular y es Roberto, mi amigo del alma, ¿Por qué me llama Roberto a estas horas un sábado?
-¿Alex?
-Hola, qué sorpresa, pensé que los sábados a esta hora jugabas al tenis.
-Alex, pasó algo terrible…
Su voz se corta y siento lo que es un dolor ahogado en su garganta… Llena de miedo y sin querer hacerlo le preguntó:
-¿Qué pasó?
-Adriana se quitó la vida…
No entiendo nada de lo que dice mi amigo, siento como el corazón se acelera y un profundo dolor se comprime en mi pecho, la angustia que siento es terrible, ni siquiera logro comprender que es lo que me está diciendo. Estoy en shock. Se me rompe el corazón.
Cuelgo y sin poder contener las lágrimas, le cuento a Linda, con quien lloramos esa tarde a nuestra amiga.
Adri no pudo con la vida, el dolor fue más grande que sus posibilidades y una mañana decidió dejarnos, con nuestros recuerdos, nuestras fotografías y muchas historias compartidas.
Vuela alto gran amiga…
Mis otras compañeras de vida siguen caminando a mi lado, Cata se casó con su canadiense y todas fuimos a su matrimonio, una pequeña ceremonia civil en casa de sus suegros en Montreal, hoy en día viven en Nueva York, se aman profundamente y cada vez que los visito, los veo más y más felices. No tienen hijos, pero son una familia, se aman con locura.
Linda, sigue con su Roberto, sus hijos, las novias de sus hijos, sus perros, sus gatos y un negocio de banquetera que cada día es más exitoso.
Roberta, sigue con hambre, solo come comida orgánica, sigue con sus rutinas de ejercicios, casada con Allan y trabajando en una prestigiosa firma de abogados.
Sofía recibió de su marido el resto de la fortuna, ella ha seguido con sus negocios, su vida de jet set y sus asuntos sociales. Por cierto que la fiesta en Monte Carlo fue todo un éxito. Y no me lo van a creer, pero está saliendo con el mejor amigo de Max.
Luz se separó de Camilo luego de una terrible batalla legal, pero hay justicia en la vida… Camilo sigue persiguiendo bomboncitos que no le duran y Luz regresó a su firma de abogados, donde Roberta trabaja con ella, cada día se llena más y más de prestigio, se ha adelgazado y tiene un maravilloso novio que la ama con locura, vive con su hermana quien poco a poco se ha recuperado del maltrato de su exmarido.
¿Y Yo?
Una vez más me reinventé, me reúno de vez en cuando con mis amigas, sigo casada con mi adorado Manuel y ya no lucho con mi cuerpo.
FIN
.
Copyright © 2024 laplumadesandra.click - Todos los derechos reservados.
Powered by GoDaddy
Usamos cookies para analizar el tráfico del sitio web y optimizar tu experiencia en el sitio. Al aceptar nuestro uso de cookies, tus datos se agruparán con los datos de todos los demás usuarios.